El fútbol ya no es un territorio exclusivamente del género masculino, como lo fue desde el principio de su historia: cada vez más mujeres y niñas juegan en los campos de fútbol. Esto se debe principalmente a la liberación gradual que se dio en el siglo XX, mediante la cual el género femenino pudo realizarse en diferentes ámbitos de la vida en un primer momento exclusivos de los hombres.
Uno de esos ámbitos es el fútbol, que en las dos últimas décadas tuvo un desarrollo extraordinario y batió récords de crecimiento. Nunca antes un deporte había obtenido un desarrollo tan vertiginoso a nivel mundial.
El fútbol femenino es activo, entretenido y progresa continuamente.
Cifras impresionantes
Actualmente existen 40 millones de futbolistas registradas.
En la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA), el femenino ocupa el segundo lugar, le sigue al masculino en la categoría de adultos, mientras el masculino juvenil está en tercer lugar.
La FIFA adopta e impulsa el fútbol femenino, imponiéndolo como obligatorio en los 103 países asociados.
El 40% de las personas que juegan fútbol en los Estados Unidos son mujeres. La participación en Europa del Norte y en el Lejano Oriente es muy alta.
El suizo Joseph Blatter, secretario general de la FIFA, prevé que para el año 2010 habrá tantas mujeres como hombres jugadndo al fútbol.
Los mundiales
En 1990, gracias a las mujeres que reclamaron atención para la rama femenino del fútbol, accedieron al torneo experimental en China. Un año después, en vista del éxito obtenido, el fútbol femenino disfrutó del primer mundial oficial avalado por la FIFA, celebrado también en China.
Los juegos olimpicos
En las olimpiadas de Atlanta 1996 se hizo oficial el fútbol femenino como un juego olímpico, lo cual permitió a las mujeres avanzar en la lucha por el reconocimiento de su juego.
Ante tal noticia, las jugadoras olímpicas salieron inspiradas y metieron más goles que los hombres, cometieron menos faltas y recaudaron más dinero, ya que en Estados Unidos el soccer femenino tiene un éxito superior al masculino.
Las potencias
China, Japón, Estados Unidos y gran parte de Europa desarrollan actualmente un fútbol femenino de primer nivel. Incluso en los Estados Unidos y en Japón, el profesionalismo de las jugadoras y la importancia de las ligas es superior al de las ramas masculinas.
Aunque los hombres siguen recibiendo pagas superiores a la mayoría de las futbolistas, las jugadoras japonesas reciben en promedio 500 mil dólares al año, mientras las estrellas norteamericanas hacen jugosos negocios de publicidad para líneas de ropa deportiva.
América Latina sufre un menor desarrollo que en otras zonas futbolísticas. Brasil fue -desde los dos primeros mundiales- un representante solitario; sin embargo, esta rama del deporte crece gradualmente en la región.
Uno de esos ámbitos es el fútbol, que en las dos últimas décadas tuvo un desarrollo extraordinario y batió récords de crecimiento. Nunca antes un deporte había obtenido un desarrollo tan vertiginoso a nivel mundial.
El fútbol femenino es activo, entretenido y progresa continuamente.
Cifras impresionantes
Actualmente existen 40 millones de futbolistas registradas.
En la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA), el femenino ocupa el segundo lugar, le sigue al masculino en la categoría de adultos, mientras el masculino juvenil está en tercer lugar.
La FIFA adopta e impulsa el fútbol femenino, imponiéndolo como obligatorio en los 103 países asociados.
El 40% de las personas que juegan fútbol en los Estados Unidos son mujeres. La participación en Europa del Norte y en el Lejano Oriente es muy alta.
El suizo Joseph Blatter, secretario general de la FIFA, prevé que para el año 2010 habrá tantas mujeres como hombres jugadndo al fútbol.
Los mundiales
En 1990, gracias a las mujeres que reclamaron atención para la rama femenino del fútbol, accedieron al torneo experimental en China. Un año después, en vista del éxito obtenido, el fútbol femenino disfrutó del primer mundial oficial avalado por la FIFA, celebrado también en China.
Los juegos olimpicos
En las olimpiadas de Atlanta 1996 se hizo oficial el fútbol femenino como un juego olímpico, lo cual permitió a las mujeres avanzar en la lucha por el reconocimiento de su juego.
Ante tal noticia, las jugadoras olímpicas salieron inspiradas y metieron más goles que los hombres, cometieron menos faltas y recaudaron más dinero, ya que en Estados Unidos el soccer femenino tiene un éxito superior al masculino.
Las potencias
China, Japón, Estados Unidos y gran parte de Europa desarrollan actualmente un fútbol femenino de primer nivel. Incluso en los Estados Unidos y en Japón, el profesionalismo de las jugadoras y la importancia de las ligas es superior al de las ramas masculinas.
Aunque los hombres siguen recibiendo pagas superiores a la mayoría de las futbolistas, las jugadoras japonesas reciben en promedio 500 mil dólares al año, mientras las estrellas norteamericanas hacen jugosos negocios de publicidad para líneas de ropa deportiva.
América Latina sufre un menor desarrollo que en otras zonas futbolísticas. Brasil fue -desde los dos primeros mundiales- un representante solitario; sin embargo, esta rama del deporte crece gradualmente en la región.
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